Nos recibió un chico muy amablemente a pesar de que era tarde, y nos hizo de guía. El salon-comedor acogedor con un rincon luminoso que daba a la calle. La cocina, modesta, estaba algo anticuada y requería de mantenimiento, ademas de añadir vajilla. El desayuno, completo y variado. Hizo muy buen tiempo y pudimos desayunar en el patio de atras, agradable y tranquilo.
A destacar el olor del baño compartido, que requeria limpieza mas continuada o al menos dejar a la vista algun detergente para hacerlo si hacia falta.